La Habana
Por Agnecia AIP
Luego de muchos altibajos y serios avatares del sistema educacional cubano, fundamentado en los planes de becas-estudio y trabajo en las zonas rurales -y tras abolir, hace casi dos décadas, la enseñanza del preuniversitario en las zonas urbanas, durante el llamado Período Especial- regresan los pre urbanos en todo su esplendor, paradoja de la crisis económica global a la cual Cuba no es ajena dado su notorio, frágil desarrollo financiero.
Las becas, que ya habían desaparecido en el nivel de la secundaria básica, ahora se extinguen como práctica, en el de preuniversitario, por lo que muchos padres respiran aliviados: no solo permanecen los adolescentes a la vista y amparo filial, sino que se ahorran dinero, pues mantener un chico o chica becados, no obstante la proclamada educación gratuita en el país, cuesta “un ojo de la cara” a sus progenitores, dándose el caso de la diferenciación casi elitista que significaba ir a la Escula Pre-universitaria Vocacional Lenin, -emblemático instituto de Ciencias Exactas, de donde han surgido los cuadros más jóvenes del gobierno de la revolución castrista- o a cualquier otro, cuyo costo era menor, tanto como sus expectativas de alcanzar un buen empleo al terminarlo.
Con el regreso de los pre urbanos también vuelven costumbres ya olvidadas por padres y abuelos y la confrontación real de poderes: el de la escuela y el de la casa.
A los Castro, dadas las circunstancias, no les ha quedado más remedio que tascar el freno. Lo peligroso de la situación es que comienzan a ceder terreno en uno de sus más caros y sólidos proyectos: el de la formación del potencial humano con que han saturado tres continentes-médicos, pedagogos, técnicos sanitarios... Nada, que al cabo de 50 años, “cosa veredes, Mío Cid”.
Tags: Cuba, Castro, economía, educación, escuelas, familia, Ministerio de Educación, Poder Popular, OMS, capacitación, hogar, padres, pre-universotarios, gobierno
Prólogo monstruoso
Hace 19 horas
la frase final es fantastica...
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