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Por Pedro Perez (AIN)Jobavo, las Tunas
Con una mezcla de tristeza y júbilo hemos recibido la nota oficial que otorga la sede del acto conmemorativo por el 25 de Noviembre al vecino municipio de Amancio Rodríguez. Tristeza por no ver coronados los ingentes esfuerzos realizados durante todo el 2008 por nuestro aguerrido pueblo jobavense.
Todos hemos sido testigos de las miles de horas voluntarias donadas por nuestros trabajadores en aras de obtener la sede de tan prestigioso acto. Júbilo, porque conocedores de la imparcialidad del buró político de nuestro partido, sabemos que los pobladores de Amancio han merecido la victoria y disfrutaran con alegría los dos días feriados que tradicionalmente acompañan las celebraciones de la magna fecha.
Ante la decisión de otorgar la celebración al municipio Amancio Rodríguez cabe reflexionar: ¿Hemos hecho lo suficiente? ¿Estamos a la altura de nuestros tiempos? Mi respuesta, por cruda que pueda parecer es simple: No, no ha sido suficiente. ¡Los trabajadores y el pueblo de Jobavo no hemos sido capaces de merecer la sede! Si todavía lo duda mire al patio de su vecino y dígame: ¿cuántos puercos, gallinas, chivos y carneros quedan aún en los traspatios? ¿Sabe usted en cuánto habría ascendido el indicador de producción de alimentos si todos estos egoístas hubiesen donado sus animales? ¿Cuántos racimos de plátanos, arrobas de malanga, quintales de arroz etc., estarían hoy en blanco y negro en nuestros índices productivos si unos pocos insensibles y acaparadores no hubiesen decidido conservar para uso personal y con fines de lucro la producción de sus tierras?
La salud por su parte no escapa de tan vergonzosa actitud ciudadana. Nos consta, con datos aportados por la oficina de correos, la gran cantidad de medicamentos, provenientes de varios países, que a diario reciben nuestros pobladores. Siendo así cabria preguntarnos: ¿cómo vamos a tener medicamentos en las farmacias si estos van a parar a las manos inescrupulosas de algunos vecinos? ¿Y el transporte? ¿Sabe usted cuánto mejoraría el transporte en nuestro municipio si todos esos despilfarradores, que hoy se pasean por nuestras calles a lomo de sus burros y caballos, cambiaran la silla de montar por un quitrín?
En fin, queridos lectores jobavenses, no hemos recibido la sede y es hora de exigir responsabilidades. Si usted está consciente de que ha hecho lo correcto, mire bien a su vecino, puede que sea él el culpable.