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Por AIPLa Habana, octubre de 2009
Casi sin publicidad, esa machacona propaganda, peyorativa y amplificada que distingue a los medios de difusión masiva en Cuba, llega a su fin el usufructo estadounidense de la Base Naval en Guantánamo.
Sin pena ni gloria, sin grandes ceremonias de despedida -o abucheos- se van los marines este mes de octubre: abandonan un enclave inútil hace décadas para la armada norteamericana por su obsolescencia, pero de feliz utilización en el hostigamiento político e ideológico de ambas partes. Utilizada como prisión de talibanes y “terroristas” afganos, la Base había cobrado siniestra notoriedad en los últimos años y puesto a prueba la buena voluntad del mundo libre(¡!) al respecto.
Especialistas opinan que el silencio alrededor de la partida militar norteamericana de territorio cubano se debe a las expectativas creadas alrededor de un posible –y plausible- entendimiento de los dos países al asumir la presidencia Barak Obama en USA y Raúl Castro en La Habana.