Obama en La Habana (continuación)

Por John M. Bennet

El Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, sin previo anuncio, llegó a la Ciudad de La Habana el día 1 de abril en su avión presidencial, Air Force One. Oficiales del gobierno Cubano le recibieron con brazos abiertos, y según fuentes diplomáticas, pasaba un rato a sus anchas fumando tabacos puros habanos con Fidel y Raúl Castro y platicando sobre la pesca. Eso a pesar del hecho de que los tres, Fidel, Raúl, y Obama, han dejado de fumar por razones de salud. Preguntado sobre el futuro de relaciones oficiales entre los Estados Unidos y Cuba, las fuentes no negaron (ni confirmaron) que se habían entrado en acuerdo de abrir relaciones plenas entre los dos estados soberanos.

Después de este encuentro histórico, el presidente Obama hizo un recorrido de una semana por toda la isla en un Chevrolet precioso del año 1955. Pasaba dos días enteros en Santiago de Cuba, disfrutando de la música tradicional y contemporánea tan importante para esa ciudad.

Tal vez para confirmar la apertura de relaciones diplomáticas entre las dos naciones, Obama, al volver a La Habana, hizo declaración de la creación de un Centro Literario y Cultural Cubano-Americano, con fondos personales suyos, no del gobierno de los Estados Unidos, para fomentar la comunicación artística y cultural entre los dos países.

Para rematar la importancia histórica de su viaje, Obama declaró que iba a instituir una comida semanal en la Casa Blanca de Washington, de fijoles negros con recaito, arroz y plátanos fritos.


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